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Ni contigo ni sin ti – Tres razones para no temer que tu pasión se convierta en obligación

Ni contigo ni sin ti – Tres razones para no temer que tu pasión se convierta en obligación

El otro día conocí a una chica que, a veces, tropieza por la calle. Sin un porqué concreto, un desnivel por ejemplo, o una piedra. Tropieza, simplemente: se le enreda un pie en el otro, luego se repone y continúa el paso. También conocí hace mucho a un hombre que al ducharse, debía estar en completa oscuridad, y a una mujer que, si tenía un mal día, tiraba a la basura toda la ropa que llevaba puesta (era señal de mal fario, decía).

Son excentricidades, ya sé. Pero me sirve para demostrar que todos, en alguna medida, somos diferentes. Hace muy poquito pregunté por ahí: ¿ey, y tú por qué no decides vivir de lo que amas? ¿cuál es tu miedo a trabajar de lo que realmente te da la gana? Y, claro, hubo muchas repuestas. Pero una, sobre todo, me conmovió.

Odiar el amor

Miedo a hacer el ridículo, miedo a la incomodidad del cambio, miedo a fracasar… la lista de barreras que nos separan de nuestra vida ideal es larga y fecunda. Pero este post es para quienes contestaron así: “No quiero convertir mi pasión en una obligación. No quiero odiar algo que amo tanto”.

Yo misma me pregunté en seguida, con algo de miedo: “¿voy a aborrecer escribir si lo convierto en una actividad diaria?”. Y algo dentro de mi saltó como un alambre: el NO más bello de mi vida. Pero aún así, quise preguntar a aquellas personas que desde hace tiempo hacen lo que aman y viven de ello. A los que ya están allí.

Darnos por muertos

Encontré el otro día una frase hermosa de Rilke: “Temo que si me quitan mis demonios se puedan morir mis ángeles”. Que es lo mismo que decir: si derrumbo mis miedos, ¿es posible que mis pasiones dejen de brillar? Lo mismo que: ¿Es mejor no besarle por si descubro que, después de todo, no me gustaba tanto como creía? ¿No voy por si al final no se da el happy end?

Es lo mismo que decir: Hay veces que nos damos por muertos para no morir.

Andrés Zuzunaga: el ocio es el trabajo

Vamos con el primer testimonio: el astrólogo Andrés Zuzunaga.

Antes de encontrar la astrología (o viceversa), Andrés era un joven sofisticado: se había licenciado en Económicas y había trabajado en Nueva York y en Barcelona como programador informático. Quiero decir que estaba en las antípodas de los planetas y su lenguaje; pensaba que ser astrólogo era friki. Nada cool.

Y entonces una crisis a los 30 años lo llevó a abrazar la astrología y su mundo (¿cuántos ataques de ansiedad hacen falta para encontrar tu camino?). Y ahora, doce años después, Andrés Zuzunaga es astrólogo y director de la escuela de astrología más grande de España, Cosmograma, que él mismo fundó.

Dice que ya no anhela que llegue el fin de semana y que en su vida no hay separación entre el ocio y el trabajo. En su libro Somos Cosmos reproduce este gráfico para ayudar a las personas a encontrar su propósito de vida: cuando se lo aplica en primera persona, en los círculos y en el punto central está la misma palabra. Astrología.

 

Como descubrir tu propósito de vida - vivir de tu pasión

¿Cuál es tu propósito de vida? (Del libro «Somos Cosmos», de Andrés Zuzunaga)

 

Sonia Esplugas: la pasión cambia

A los 25 años Sonia Esplugas se dijo a sí misma “a lo mejor”. Había estudiado Ciencia y Tecnología de Alimentos, pero por entonces empezó a darse cuenta de que su pasión tenía más que ver con la expresión artística y el dibujo: “Tuve que desmontar mil creencias para darme el permiso de pegar el volantazo a una edad inadecuada para “este tipo de cosas”, según me habían hecho creer. Tenía la sensación de que ya era tarde. ¡Ahora lo haría aunque tuviera 60 años!”.

Tuve que desmontar mil creencias para darme el permiso de pegar el volantazo

Más de quince años después, Sonia es toda una artista visual y arteducadora. Ha logrado perfeccionar lo que ella llama “actualización continua”: cada tres meses para y se pregunta “¿voy bien por aquí?”, “¿lo que hago me alimenta el alma o hay alguna puerta nueva que tenga ganas de abrir?”. (Y si detecta algún prejuicio, lo elimina lo antes posible. Le saca la pila al muñequito mental). Así es como descubrió que, además de dibujar y dar talleres, tenía muchas ganas de acompañar a otros a avanzar en su camino: “Hace un año lancé un programa de empoderamiento creativo que es muy inspirador para mí y para los demás”.

Si le preguntamos a Sonia qué ventajas encuentra de vivir de su pasión, en el párrafo aparece cuatro veces el verbo amar: “Cuando vives de lo que amas, sientes que la vida es un regalo cada día. Claro que hay tareas que son menos gratificantes que otras, pero con el tiempo aprendes a amarlas como parte del todo. Cuando imagino un mundo en el que todos hiciéramos lo que amamos y amáramos lo que hacemos, habría millones de problemas que simplemente desaparecerían”.

 

Alessandra Coletti: la libertad

“Mi vida ha cambiado radicalmente”, dice Alessandra Coletti, hoy terapeuta de análisis bioenergético. Y lo explica muy gráficamente a través de porcentajes. “Antes pasaba un 70% de mi día haciendo cosas que no me gustaban, pero la proporción se ha invertido totalmente: ahora, por lo menos un 80% de mi día hago lo que me apetece, lo que me da satisfacción, lo que me gusta”. (¿Te imaginas?)

Antes pasaba un 70% de mi día haciendo cosas que no me gustaban

Alessandra estudió filología y trabajó varios años en el ámbito de la cooperación. Vive en Barcelona pero es de Roma, y cuando le pregunto “desde que eres terapeuta, ¿ha aumentado o disminuido tu amor por lo que haces?”, ella contesta un “aumenta” con todo el acento italiano del mundo y como si no hubiera otra respuesta posible.

Además de la libertad que experimenta (es ella quien dice dónde, cuándo y cuánto trabaja), valora de su nueva vida el estado constante de creación: “Contínuamente vas experimentando nuevas formas de trabajar, en grupo, individual, dando charlas, etc. Descubres qué es lo más adecuado para tus talentos”, me dice.

Pero lo que más le gusta a Alessandra es el cambio que ve en las personas que llegan a su consulta. “Es un trabajo ecológico”, dice, “es mi contribución a que en este mundo no haya tanta contaminación emocional”.

 

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Ana Claudia Rodríguez

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Candidato_2022 5 octubre, 2022 - 12:28 am

Algunas personas persiguen su pasion porque quieren, ya sea para mejorar o aprender una nueva habilidad. Pero otros solo persiguen su pasion porque quieren el reconocimiento de otras personas. Las personas con ciertos tipos de personalidad pueden ser mas propensas a obsesionarse con su pasion. El problema de perseguir una pasion por la razon equivocada es que puede hacer que una persona se esfuerce hasta el limite, lo que podria significar trabajar a pesar de estar enfermo o no tomarse un tiempo libre para desestresarse.

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Ana Claudia Rodríguez

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