1. El pasado imperfecto
Corres todo el día y no te llegan las horas para nada. Te sientes cansando desde hace mucho y no acabas de encontrar un hueco para lo que de verdad quieres. Se te va la vida, día tras día, y no sabes cómo cambiar.
¿Te suena, verdad?
A mí me pasaron todas esas cosas durante años interminables. Ansiedad, prisas, estrés. “¿Es esto, la vida? ¿una carrera sin sentido?”, me dije.
Y creo que lo que nos pasa es normal: nadie, ni siquiera en la escuela, nos ha enseñado a cómo gestionar el tiempo para poder vivir como queremos. No hay pistas sobre cómo organizarnos para construir una vida a nuestra medida. Eso parece una fantasía. Y la realidad es que si no queremos seguir viejas rutas ¿dónde encontramos nuevos modelos?
2. Un día ideal
Y lo que de verdad deseas es sentirte liberado. Tener el tiempo necesario para hacer lo que de verdad te gusta: realizar el proyecto que siempre has querido, compartir más experiencias con las personas que amas, divertirte con tus hobbies. Quieres ser dueño de tu tiempo y levantarte cada mañana con energía y ganas. Un día equilibrado sin controlar el maldito reloj. ¿No es eso la libertad? Calma, satisfacción interior y disfrute.
¿Parece de fábula, no?
Un día me pregunté: Si todos tenemos días de 24 horas, ¿por qué hay personas que consiguen lo que se proponen? Si tienen obligaciones, si trabajan, si deben ganar un sueldo y ocuparse de sus hijos, ¿de dónde sacan el tiempo las personas que viven como desean? ¿cómo se organizan?