Mi última charla durante las vacaciones fue con una pareja que vivió el mayo del 68 en París. Todo ese esplendor. Entre sidra y sidra, les pregunté “¿Cómo hacemos para vivir mejor, para cambiar el mundo, para estar más satisfechos con nosotros mismos?” La respuesta llegó al día siguiente, en el tren de vuelta a casa. Al abrir un folleto en inglés, leí esta entrevista y respiré. El camino es por aquí.
Scilla Elworthy, nominada tres veces al Premio Nobel de la Paz: La receta de una experta
Scilla Elworthy tiene una respuesta firme sobre cómo la humanidad puede cambiar. No es un argumento repentino ni improvisado: Elworthy, activista nominada tres veces al Premio Nobel de la Paz, consiguió entre otros logros reunir a los científicos más importantes responsables de las bombas nucleares de Rusia, de China y de Occidente. Quería saber qué les impulsaba y qué tenían en común. Y ellos le dieron la respuesta.
[Este texto es un extracto de la entrevista que apareció en la revista “Transform” (2019), editada por la fundación escocesa Findhorn.]
Pregunta: Es algo raro entre los activistas, pero usted enfatiza la importancia del trabajo interno de cada persona para cambiar el mundo. ¿Cómo puede nuestro trabajo personal contribuir a la paz?
Respuesta: Desde mi punto de vista, el trabajo interno es absolutamente esencial si queremos cambiar el mundo. Porque si intentamos cambiarlo mientras estamos dominados por el miedo o la ira, lo que haremos será proyectar, incluso inconscientemente, todo ese miedo y esa ira aquellas personas que vemos como responsables. Y así será imposible que se abra un diálogo constructivo: nada va cambiar.
P: ¿Alguna experiencia en primera persona?
R: En 1982 yo estaba furiosa porque se empezaban a desarrollar nuevas armas nucleares sin haber consultado al parlamento británico. Entonces empecé a investigar, averigüé quiénes habían tomado las decisiones e intenté entablar un diálogo con ellos. No hubo éxito. ¿Por qué? Porque estaba proyectando en ellos lo que yo llamaría “mi sombra”: dirigía mi oscuridad, mi ira, mi miedo, directamente sobre aquellas personas con la que deseaba hablar. Por supuesto, aunque lo intenté, la respuesta fue “no queremos hablar contigo”.
Si estamos dominados por el miedo o la ira será imposible que se abra un diálogo constructivo: nada va a cambiar
P: ¿Cómo consiguió finalmente reunirse con ellos?
R: Tuve que aprender a enfrentar mi propio lado oscuro; creo que todos deberíamos hacerlo si de verdad queremos ser efectivos y cambiar el mundo. Se trata de hablar con la otra persona sin juzgarle, y comunicarse con ella con el deseo profundo de que con esa conversación aparezca una nueva una clave, abra una nueva vía. Esa apertura, esa conexión amorosa, ¡es vital!

P: ¿Con quién logró reunirse finalmente (e implicar en los diálogos por la paz)?
R: Hablé con militares muy destacados y también con los científicos que construyeron las ojivas nucleares, en todos los países nucleares: Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña y China, y luego también India y Pakistán. En realidad empecé a entrevistarlos por mi doctorado, y por eso les pregunté muy abiertamente por qué hacía lo que hacían. Porque la posición que ellos ocupaban era de mucha responsabilidad.
Y mientras ellos hablaban yo dibujaba mapas cognitivos, y eso me permitió identificar el lugar donde salían sus ideas, “la fuente”. En 12 de los 13 casos, esa fuente se sentía amenazada. Estas personas (hablaron sobre su infancia) crecieron sintiéndose amenazadas. Por eso las armas eran, en su opinión, la forma más potente de protegerse, a ellos mismos y a sus respectivos países.
P: ¿Y qué consecuencias tuvo ese encuentro?
R: Fue muy importante para mí poder escucharles con atención. No me convencieron de lo que estaban haciendo, pero esa escucha abierta les hizo sentir que yo no era solamente una objetora o una persona crítica. Así pudieron abrirse a otros encuentros posteriores muy fructíferos.
* Scilla Elworthy trabaja a través de varias organizaciones internacionales por la paz y es consejera para corporaciones mundiales, así como para estudiantes y jóvenes emprendedores sociales. Su último libro es The Business Plan for Peace: Building a World Without War (2017). Su creencia más sólida es que tanto el trabajo interior como el exterior son esenciales en la caja de herramientas de cualquiera que pretenda cambiar el mundo.
(Te puede interesar el artículo: ¡¿Por qué me cuesta tanto cambiar?!)
1 comment
Hasta en el progreso de los negocios hay vanidades. Olvidate de los numeros y las estadisticas por un momento, y enfocate en saber que si lo que haces realmente le sirve a los demas. Si tu producto realmente resuelve la necesidad, si las personas salen felices de tu negocio, si recibes correos de agradecimiento, si estas haciendo un impacto. Los medios estan manipulados para oir casi siempre malas noticias, por que es lo que atrae publico. Yo casi nunca escucho las noticias, escojo otros medios para oir las cosas que realmente interesan y trato de leer o aprender cosas nuevas. Te recomendaria hacer algo parecido y evitar noticias negativas todo el tiempo.